La rabiosa actualidad de Veritatis splendor

24.03.2024

La rabiosa actualidad de Veritatis splendor

Jorge, el 22.03.24 

Veritatis splendor, de san Juan Pablo II, es una encíclica fundamental para conocer lo que es la moral de la Iglesia católica, que sale al paso de los gravísimos errores que se fueron extendiendo por toda la Iglesia, muy especialmente en el estudio de la teología moral en los seminarios, a la vez que expone con toda claridad los fundamentos de la moral católica.

Una de las cosas que se exponen con toda contundencia es ese principio básico según el cual los mandamientos negativos -no matarás, no robarás, no cometerás adulterio, no mentirás- obligan SIEMPRE Y EN CUALQUIER CIRCUNSTANCIA, aunque sea a costa del martirio.

Copio ahora la primera parte del número 104 de Veritatis splendor: "En este contexto se abre el justo espacio a la misericordia de Dios por el pecador que se convierte, y a la comprensión por la debilidad humana. Esta comprensión jamás significa comprometer y falsificar la medida del bien y del mal para adaptarla a las circunstancias. Mientras es humano que el hombre, habiendo pecado, reconozca su debilidad y pida misericordia por las propias culpas, en cambio es inaceptable la actitud de quien hace de su propia debilidad el criterio de la verdad sobre el bien, de manera que se puede sentir justificado por sí mismo, incluso sin necesidad de recurrir a Dios y a su misericordia. Semejante actitud corrompe la moralidad de la sociedad entera, porque enseña a dudar de la objetividad de la ley moral en general y a rechazar las prohibiciones morales absolutas sobre determinados actos humanos, y termina por confundir todos los juicios de valor."

Fíjense en todo lo que se dice ahí:

1. "Misericordia por el que se convierte y comprensión por la debilidad humana". Está claro. La debilidad humana es conocida y comprendida desde siempre. Somos vasijas de barro y caemos en cuanto nos descuidamos. La Iglesia lo sabe, lo entiende. Cualquier confesor es consciente de esa realidad.

2. "Es inaceptable la actitud de quien hace de su propia debilidad el criterio de la verdad sobre el bien, de manera que se puede sentir justificado por sí mismo, incluso sin necesidad de recurrir a Dios y a su misericordia". Este es el gran problema de hoy: como soy incapaz de cumplir los mandamientos, decido personalmente que es que no se pueden cumplir, y por consiguiente dejo de ser pecador. Cambiamos la objetividad de la ley moral que viene de Dios por la subjetividad que viene de mi debilidad. Es decir, que no es que el pecador tenga que cambiar, lo que ha de cambiar es la ley de Dios para que justifique mis transgresiones.

3. "Semejante actitud corrompe la moralidad de la sociedad entera, porque enseña a dudar de la objetividad de la ley moral en general y a rechazar las prohibiciones morales absolutas sobre determinados actos humanos, y termina por confundir todos los juicios de valor". Esto es lo más grave, porque si dejamos que entre la duda en lo que son las prohibiciones morales absolutas -no matarás, no cometerás adulterio, no robarás- lo que estamos trasladando al pueblo de Dios es que todo es relativo, que todo depende, y que, en conscuencia, cada cual sabrá.

Pues bien, cuando esto aparece desde la propia Iglesia, o al menos desde la propia Iglesia olvidamos que lo negativo es negativo de forma absoluta, la confusión se apodera de los fieles y la consecuencia es que se desmoralizan, abandonan la idea de pecado, dejan la confesión y viven una moral íntima sin más principios que su propia visión de las cosas, demasiadas veces fruto de la propia debilidad o la simple comodidad.

Documentos como Amoris Laetitia o Fiducia supplicans no cabe duda de que han favorecido todo esto, porque por más matices, aclaraciones y aclaración de lo aclarado que nos lleguen, en el fondo lo que el pueblo de Dios entiende es que lo que antes, de toda la vida, era malo sin excepciones -adulterio, relaciones fuera del matrimonio, relaciones íntimas entre parejas del mismo sexo, aborto- ahora resulta que sigue siendo malo pero no tanto, luego el problema no es que ahora estemos sacando los pies del tiesto, sino que antes la Iglesia era demasiado rígida.

Veritatis splendor es una encíclica extraordinaria. Llevamos varias semanas estudiándola, jueves tras jueves, en el canal de la parroquia de san José de la Sierra. Anoche, en concreto, explicaba un servidor este punto. Y me ha parecido tan importante que hoy he querido escribir sobre ello. La catequesis de anoche la pueden encontrar aquí. 

Extraído de Infocatolica.com


Sacerdote diocesano de Madrid. Se presenta y se define como cura. Licenciado en teología pastoral, lleva más de treinta años ejerciendo su ministerio en parroquias de la diócesis, algunos de ellos como párroco rural. Arcipreste varias veces, ha pertenecido por dos legislaturas al consejo presbiteral de Madrid y al consejo diocesano de pastoral.

Como añadido a su labor de párroco ha hecho un poco de todo: coordinador de pastoral de un colegio de más de dos mil alumnos, director espiritual de un gran colegio mayor, profesor de religión, profesor de teología pastoral... internauta y bloguero por libre y desde ahora en Infocatólica .

Si quieren ponerse en contacto con él: parroquialaserna@archimadrid.es