Lecturas del Martes de la 18ª semana del Tiempo Ordinario

02.08.2022

Lecturas del Martes de la 18ª semana del Tiempo Ordinario

Martes, 2 de agosto de 2022

Primera lectura

Lectura del libro de Jeremías (30,1-2.12-15.18-22):
Palabra que Jeremías recibió del Señor: «Así dice el Señor, Dios de Israel: "Escribe en un libro todas las palabras que he dicho. Porque así dice el Señor: "Tu fractura es incurable, tu herida está enconada; no hay remedio para tu llaga, no hay medicinas que te cierren la herida. Tus amigos te olvidaron, ya no te buscan, porque te alcanzó el golpe enemigo, un cruel escarmiento, por el número de tus crímenes, por la muchedumbre de tus pecados. ¿Por qué gritas por tu herida? Tu llaga es incurable; por el número de tus crímenes, por la muchedumbre de tus pecados, te he tratado así." Así dice el Señor: "Yo cambiaré la suerte de las tiendas de Jacob, me compadeceré de sus moradas; sobre sus ruinas será reconstruida la ciudad, su palacio se asentará en su puesto. De ella saldrán alabanzas y gritos de alegría. Los multiplicaré, y no disminuirán; los honraré, y no serán despreciados. Serán sus hijos como en otro tiempo, la asamblea será estable en mi presencia. Castigaré a sus opresores. Saldrá de ella un príncipe, su señor saldrá de en medio de ella; me lo acercaré y se llegará a mí, pues, ¿quién, si no, se atrevería a acercarse a mí? -oráculo del Señor-. Vosotros seréis mi pueblo, y yo seré vuestro Dios."»
Palabra de Dios


Salmo del Día

Salmo 101

El Señor  tiene compasión de su Pueblo

Los gentiles temerán tu nombre,
los reyes del mundo, tu gloria.
Cuando el Señor reconstruya Sión,
y aparezca su gloria,
y se vuelva a las súplicas de los indefensos,
y no desprecie sus peticiones.

Quede esto escrito para la generación futura,
y el pueblo que será creado alabará al Señor.
Que el Señor ha mirado desde su excelso santuario,
desde el cielo se ha fijado en la tierra,
para escuchar los gemidos de los cautivos
y librar a los condenados a muerte. 

Los hijos de tus siervos vivirán seguros,
su linaje durará en tu presencia,
para anunciar en Sión el nombre del Señor,
y su alabanza en Jerusalén,
cuando se reúnan unánimes los pueblos
y los reyes para dar culto al Señor. 


Evangelio

Lectura del santo evangelio según san Mateo (14,22-36):
Después que la gente se hubo saciado, Jesús apremió a sus discípulos a que subieran a la barca y se le adelantaran a la otra orilla, mientras él despedía a la gente. Y, después de despedir a la gente, subió al monte a solas para orar. Llegada la noche, estaba allí solo. Mientras tanto, la barca iba ya muy lejos de tierra, sacudida por las olas, porque el viento era contrario. De madrugada se les acercó Jesús, andando sobre el agua. Los discípulos, viéndole andar sobre el agua, se asustaron y gritaron de miedo, pensando que era un fantasma.
Jesús les dijo en seguida: «¡Ánimo, soy yo, no tengáis miedo!»
Pedro le contestó: «Señor, si eres tú, mándame ir hacia ti andando sobre el agua.»
Él le dijo: «Ven.»
Pedro bajó de la barca y echó a andar sobre el agua, acercándose a Jesús; pero, al sentir la fuerza del viento, le entró miedo, empezó a hundirse y gritó: «Señor, sálvame.»
En seguida Jesús extendió la mano, lo agarró y le dijo: «¡Qué poca fe! ¿Por qué has dudado?» En cuanto subieron a la barca, amainó el viento.
Los de la barca se postraron ante él, diciendo: «Realmente eres Hijo de Dios.»
Terminada la travesía, llegaron a tierra en Genesaret. Y los hombres de aquel lugar, apenas lo reconocieron, pregonaron la noticia por toda aquella comarca y trajeron donde él a todos los enfermos. Le pedían tocar siquiera la orla de su manto, y cuantos la tocaron quedaron curados.
Palabra del Señor
O bien:
Mateo 15, 1-2. 10-14
En aquel tiempo, se acercaron a Jesús unos escribas y unos fariseos venidos de Jerusalén y le preguntaron: "¿Por qué tus discípulos quebrantan la tradición de nuestros mayores y no se lavan las manos antes de comer?"
Jesús llamó entonces a la gente y le dijo: "Escuchen y traten de comprender. No es lo que entra por la boca lo que mancha al hombre; lo que sale de la boca, eso es lo que mancha al hombre".
Se le acercaron entonces los discípulos y le dijeron: "¿Sabes que los fariseos se han escandalizado de tus palabras?" Jesús les respondió: "Las plantas que no haya plantado mi Padre celestial, serán arrancadas de raíz. Déjenlos; son ciegos que guían a otros ciegos. Y si un ciego guía a otro ciego, los dos caerán en un hoyo".

Reflexión del Evangelio



PARA REFLEXIONAR

  • de Dios, a pesar de todo, son de salvación. La página de hoy empieza de una manera aparentemente trágica: «no hay remedio y la llaga es incurable». El profeta, le dice al pueblo, que todo lo que le pasa es por culpa de «la multitud de sus pecados. Están a punto de ser llevados al destierro por Nabucodonosor, pero en seguida se ve al Dios misericordioso, que sigue amando a su pueblo, a pesar de sus infidelidades.

***

  • Después de la multiplicación de los panes, Jesús obligó a los discípulos a que se embarcaran y que se adelantaran a la otra orilla, mientras El despedía a la gente. Estos, maravillados por el milagro, querían arrastrar a Jesús a la aventura política intentando proclamarlo rey.
  • Jesús conocía a sus discípulos, que compartían esa misma perspectiva de mesianismo temporal. Por eso los obligó a alejarse de allí. Después de despedir a la multitud, Jesús ora por ellos, para que no cedan a la tentación de un Mesías de poder.
  • Al anochecer, seguía allí solo. Mientras tanto la barca iba ya muy lejos de tierra, maltratada por las olas, porque llevaba viento contrario. De madrugada, se les acercó Jesús caminando por el lago. Los discípulos se asustaron mucho creyendo que era un fantasma, pero Jesús los invita a no tener miedo y no se presenta; dice sencillamente: «Soy yo».
  • Pedro, con cierta presunción, desafía en cierto modo a Jesús. Le pide que lo mande ir hacia Él sobre el agua, pero siente miedo porque no ha entendido que la misión se realiza con la entrega total. Pedro llama a Jesús en el momento de la dificultad, forzándolo a intervenir. Cree todavía que la salvación, será una in­tervención milagrosa de Dios, desde el cielo, que resuelve la situa­ción desesperada del hombre. El concepto de Jesús es distinto: estando con El, el hombre se basta a sí mismo y ya está salvado. La presencia de Jesús hizo que amainara el viento. La reacción del grupo de apóstoles está llena de admiración: «realmente eres Hijo de Dios».
  • Jesús compaginaba su intenso y generoso trabajo misionero con los momentos de soledad y oración. En el diálogo con su Padre es donde encontraba, también Él, la fuerza para su entrega a los demás.
  • Para que nuestra actividad no sea sólo humanamente buena y hasta generosa, sino que sea realizada desde las motivaciones de Dios, necesitamos ese contacto permanente con el Padre.
  • La barca de los discípulos, zarandeada por vientos contrarios, es símbolo de la Iglesia que vive agitada por los problemas internos y la oposición. Pero también es símbolo de nuestra propia vida, con sus tempestades y vaivenes. En ambos casos, sin Jesús en la barca todo parece hundirse. Si lo dejamos subir, el viento calma. En los momentos de tempestad, deben resonar las palabras de Jesús: «Ánimo, soy yo, no tengan miedo». Y confiar en Él.
  • La actitud de Pedro también nos llama a no fiarnos demasiado de nuestras propias fuerzas. Igual que Pedro, que deja la relativa seguridad de la barca, tenemos que saber arriesgarnos y abandonar seguridades cuando Dios lo pide y no quedarnos en lo aparentemente seguro.
  • La vida nos da golpes, pero ahí está el Señor a la espera de nuestra petición de ayuda. Necesitamos ir aprendiendo a arriesgarnos, a pesar del viento, pero convencidos de que la fuerza y el éxito están en Jesús, no en nuestras técnicas y talentos, porque «realmente Él es el Hijo de Dios».
  • La victoria es fruto únicamente de la fe en Jesús Salvador; fe que excluye cualquier sentimiento de confianza en uno mismo, de entusiasmo inútil, de temor o de duda. A pesar de que tengamos que caminar sobre las aguas embravecidas del sufrimiento, físico o moral, entre vientos de oposiciones; no dudemos de la presencia de Jesús; El no permitirá que la prueba supere nuestras fuerzas.


PARA DISCERNIR

  • ¿Cuáles son mis puntos de apoyo en mi vida de fe?
  • ¿Me abandono sin miedo a la voluntad de Dios?
  • ¿Soy capaz de hacer una opción segura por el reino?


REPITAMOS A LO LARGO DE ESTE DÍA

Señor sálvame


PARA LA LECTURA ESPIRITUAL

"Los que estaban en la barca se postraron ante Él"

"Y se postraban ante Él, y le adoraban y arrojaban sus coronas delante del trono diciendo: Digno eres, Señor, de recibir la gloria, el honor y el poder" (Ap. 4,10s). ¿Cómo imitar en el cielo de mi alma esta acción permanente que los Bienaventurados realizan en el cielo de la gloria? ¿Cómo realizar esa alabanza, esa continua adoración?

San Pablo me descubre este misterio cuando escribe a sus discípulos de Efeso: "Que el Padre os conceda, por medio de su espíritu, ser fortalecidos poderosamente en el hombre interior, de suerte, que Jesucristo more por la fe en vuestros corazones, arraigados y fundados en la caridad". (cf Ef. 3,16s).

Estar arraigado y fundado en el amor me parece que es la condición necesaria para cumplir dignamente el oficio de "Laudem gloriae" (Ef. 1,6.12.14). El alma que penetra y mora en estas profundidades de Dios... y todo lo realiza en Él, con Él y por Él y para Él... esa alma se arraiga más profundamente en Aquel que ama a través de sus movimientos, aspiraciones y actos por muy insignificantes que sean. Todo rinde en ella homenaje al Dios tres veces santo. El alma es, por así decirlo, un Sanctus eterno, una continua Alabanza de gloria.

"Ellos se prosternan, le adoran y arrojan sus coronas ante el trono"... En primer lugar, el alma debe humillarse, sumergirse en el abismo de su nada, penetrando tan profundamente en él... que "halle la paz verdadera, inalterable y perfecta, que nada puede turbar, pues ha descendido tanto que nadie irá allí a buscarla". Es entonces cuando el alma podrá adorar.

Santa Isabel de la Trinidad (1880-1906) - carmelita descalza - Últimos Ejercicios Espirituales, manuscrito B, día octavo - Agosto 1906


PARA REZAR

Creemos que Dios es Espíritu y los que le adoran, deben hacerlo de verdad conforme al Espíritu.

Creemos que Dios es luz, y si vivimos en la luz, que es Dios, hay unión entre nosotros.

Creemos que Dios es amor, y todo el que ama es hijo de Dios y conoce a Dios.
Creemos que Jesucristo es el Hijo de Dios, y que Dios nos ha dado vida eterna, y esa vida está en su Hijo.
Creemos que El es la Resurrección y la Vida, y el que cree en El, aunque muera, vivirá.
Creemos que somos hijos de Dios, y que El nos ha dado su Espíritu.
Creemos que si confesamos nuestros pecados, El es fiel y justo para que nos perdone y nos limpie de toda maldad.
Creemos que el mundo pasa, con todos sus malos deseos, más el que hace la voluntad de Dios vive para siempre, Amén.

Equipo De Selah


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